¿Mujer de partido?
31 agosto del 2021
Escribe: Arístides Alvarez
“Soy una mujer de partido…, dijo Mari Carmen Alva Prieto, durante su discurso como flamante presidenta del Congreso, pero del dicho al hecho…
Unos días antes, en un canal del Grupo El Comercio se había autoproclamado candidata pero el hecho pasó desapercibido en tirios y troyanos. Su candidatura fue creíble para los medios de comunicación el 23 de julio, a las 12 y 10 p.m., cuando el vocero alterno de Acción Popular, Raúl Doroteo, salió del Palacio Legislativo buscando al reportero de canal 2 para darle la noticia.
La idea de ser la presidenta del Congreso, obviamente no salió de su cabeza sino de los cerebros que manejan los hilos del poder en el Congreso y está reflejada en la fuerza política de oposición al gobierno, integrada por los conocidos grupos parlamentarios de ultraderecha y empresarios mercantilistas liderados por el fujimorismo. La prueba es que ellos siguen controlando las estratégicas comisiones ordinarias y áreas administrativas de Parlamento. Este control lo inició Fuerza Popular en convivencia con el Apra desde el 2016 hasta el cierre del Congreso (30 de setiembre del 2019), situación que lamentablemente no cambió con el breve Manuel Merino De Lama ni Mirtha Vásquez Chuquilín quién designó como oficial mayor del Congreso a un aprista.
Volviendo a “la mujer del partido”, sus hechos la desmienten totalmente, pues su plana de asesores de la presidencia del Congreso está conformada por “no militantes de Acción Popular”, un peligroso profujimorista y hasta un proaprista. Ellos son: Luis Enrique Villacorta Cruz, Marco Alejandro Castro Rosell, Jesús Eduardo Molina Ormeño y Alberto Flavio Rey Rojas.
Los dos primeros laboraron en el despacho del disuelto congresista Vitocho y compartieron el trabajo con Mari Carmen Alva Prieto cuando ésta se desempeñó como asesora de la bancada acciopopulista. Villacorta Cruz fue parte de la herencia que el entonces congresista del PPC Antero Flores Araoz le dejó a Víctor Andrés García Belaunde en el 2006. Ambos, según el ROP del JNE no tienen afiliación política. En relación a Villacorta Cruz la SUNEDU señala que no registra estudios universitarios. Mientras que la SUNARP indica que el automóvil negro metálico marca Nissan de placa F3R280 que maneja para trasladarse al Congreso es de propiedad de María Soledad Santillán López, integrante de la Asociación Peruana de Agentes Inmobiliarios (ASPAI). En relación a Castro Rosell la SUNEDU informa que es bachiller en derecho y abogado por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Su último trabajo fue de coordinador parlamentario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Y según su declaración jurada del 2018 es propietario de 10,000 acciones en la compañía minera Milpo SAA que forma parte de las empresas que no pagan regalías al Estado debido al beneficio fujimorista de los contratos de estabilidad tributaria.
Los casos de Molina Ormeño y Rey Rojas fueron difundidos en replica.pe (el 27-05-2021), de ser parte de los “infiltrados” en la bancada de Acción Popular contratados por el anterior vocero y ex comandante general del Ejército en el gobierno de Alan García, Otto Guibovich. Son asesores de Mari Carmen Alva Prieto desde que ésta asumió la presidencia del Congreso el pasado 26 de julio. Jesús Eduardo Molina Ormeño, laboró con Héctor Becerril Rodríguez, el impresentable ex congresista fujimorista investigado por la Fiscalía de la Nación por los delitos de tráfico de influencias, cohecho pasivo y miembro de una organización criminal, y cuyo hermano menor, Wilfredo, se encuentra prófugo de la justicia. Trabajó en los diarios fujimoristas La Razón y Expreso. Hoy, hace de “contacto” con los periodistas y medios aprofujimoristas y de extrema derecha. El 27 de agosto, después de la aprobación del voto de confianza del pleno del Congreso al gabinete Bellido, apareció sin ningún rubor dirigiendo cual pastor de ovejas a los integrantes de la bancada de Acción Popular para dar declaraciones a la prensa. (A través de un colega ha hecho llegar su mensaje que agredirá físicamente al autor de la información periodística del 27 de mayo. Notificamos de su amenaza a su jefa, la presidenta del Congreso).
Alberto Flavio Rey Rojas, es un conocido aprista (sin carnet) que acompañó a Mari Carmen Alva Prieto a una reunión con el dizque insustituible presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, luego del desplante que recibió del presidente Pedro Castillo. El objetivo era fortalecer la permanencia del funcionario que gana más en el Estado y que no ha hecho lo suficiente para detener la volatilidad del precio del dólar.
Geraldine Elia Denise Mouchard Infantes era jefa del gabinete de asesores del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, e integrante en representación de dicho ministerio ante el Consejo Directivo del INDECOPI según la Resolución Suprema N°011-2021-PCM de fecha 2 de febrero del 2021. Renunció a esos importantes cargos para trabajar como asesora de su amiga y “correligionaria” Mari Carmen Alva Prieto. Ambas, son abogadas egresadas de la Universidad de Lima. Es “el brazo derecho” de la presidenta del Congreso y decide todo a nombre de ella. El fiel escudero de Vitocho y supuestamente también amigo de MCA, Alfredo Villanueva, ha quedado relegado. No es el único. El propio Manuel Merino viene sufriendo reiteradas postergaciones para reunirse con la presidenta del Congreso.
Mouchard Infantes conduce para ir al Parlamento el vehículo Sang Yong negro spece de placa AVH342, del cual es copropietaria junto a su esposo, Matías Nicolás Becerra Crousillat, un antiguo militante del PPC que según la SUNEDU no registra estudios académicos, pero se desempeña como empresario pues es gerente de: Compañía Gastronómica del Perú SAC, J&M Grupo Gastronómico SAC, Inversiones La Moneda E.I.R.L, Casa La Moneda SAC. Las últimas dedicadas a la intermediación de moneda (extranjera) y a los servicios financieros. Ambas, con bajas de oficio, según información de la SUNAT, sin embargo, vienen registrando actividad en su oficina del Jr. Ocoña y en local comercial del Jr. Camaná, de Lima.
SIN CONVICCIÓN PARTIDARIA
La nula convicción partidaria de la presidenta del Congreso, ha sido emulada por el resto de los quince congresistas de Acción Popular, pues mediante una “repartija” de puestos han decidido la asignación de personal profesional, técnico y auxiliar en la bancada, donde la mayoría no es militante y sigue conformada por peligrosos fujimoristas y apristas reciclados e inexpertos. El patrón se repite en las tres comisiones asignadas a Acción Popular: Economía, Vivienda y Energía y Minas. Mientras que en los despachos de los congresistas, el personal está formada en un 99% por no militantes, amigos y conocidos.
MERITOCRACIA
La oposición del Congreso exige meritocracia al gobierno de Castillo, sin embargo el siguiente ejemplo es solo un botón. Diana Arias Stella Diez, es la nueva jefa de prensa del Congreso por decisión de la presidenta del Congreso, Mari Carmen Alva Prieto. Es sobrina del extinto y reconocido ex canciller Javier Arias Stella pero no es militante de Acción Popular.
Ha ocupado los más altos cargos de comunicación, prensa o relaciones institucionales en las principales entidades públicas hasta la fecha. En su hoja de vida reconoce haber sido la productora general periodística del CCN, el canal de cable privado de creación intelectual de Vladimiro Montesinos pero ha omitido consignar que fue jefa de prensa del Poder Judicial intervenido por el dictador Alberto Fujimori y administrado por la Comisión Ejecutiva presidida por el ex marino José Dellepiani.
Según la SUNEDU sólo tiene el grado de bachiller en comunicaciones por la Universidad de Lima.
replica.pe le ha solicitado que disponga nuestra acreditación como medio para cubrir las actividades del Congreso de la República pero no hemos obtenido respuesta.
“Soy una mujer de partido, de origen cajamarquino, orgullosa de pertenecer a una organización democrática y de llevar un apellido de tradición en Acción Popular, que siempre tendré presente…”, fue lo que expresó Mari Carmen Alva Prieto en su discurso de asunción como presidenta del Congreso.
Pero, repetimos, del dicho al hecho hay mucho trecho.