Francisco Igartua: “Antes se podía superar el sabotaje publicitario”
El 23 de noviembre de 1998, en la sección Entrevista de la Semana, la revista Gente, publicó la entrevista en seis páginas, al exfundador y director de la revista “Oiga”, don Francisco ‘Paco’ Igartua, quien dirigió ese medio durante 45 años, resultando ambos parte de la historia nacional y del periodismo del Perú. Por esos tiempos, el autócrata Fujimori llevaba ocho años en el poder que compartía con una cúpula de las Fuerzas Armadas dirigidas por ex capitán del ejército, Vladimiro Montesinos. El fotógrafo Julio César Guzmán y yo (Arístides Alvarez), tuvimos el honor de realizar esta entrevista a tan distinguido personaje, que replica.pe reproduce para conocimiento de las nuevas generaciones.
A los 75 años Francisco Igartua, exfundador y director de la revista “Oiga”, se ha dedicado a escribir. No por ello, sin embargo, deja ni dejará de ser un periodista polémico por decir las cosas sin tapujos ni medias tintas. En entrevista exclusiva a “GENTE”, Igartua pone los puntos sobre las íes en importantes temas de la política actual y sus principales personajes, entre ellos, la cúpula militar, a la que califica de “Logia” y señala como el verdadero equipo que dirige el país; revela entretelones de su vida y de su reciente libro “Huellas de un destierro”, donde revela que el Perú estuvo a punto de convertirse en un “satélite” de Cuba, paradójicamente, por errónea decisión de un grupo de militares.
Por: Arístides Alvarez
Fotos: Julio César Guzmán
– El 7 de noviembre “Oiga” cumpliría 50 años. ¿Qué recuerda de ella?
– Bueno, tantos recuerdos. Son tantos años, 50 años son muchos. El gran recuerdo es la cárcel, allí conocí a fondo lo que son las cárceles en el Perú. En realidad, en todos los países subdesarrollados es algo monstruoso, verdaderamente monstruoso, qué derechos humanos, ni que ocho cuartos, allí si se ve la degradación total del individuo.
– Durante esos encierros, ¿qué le impactó más?
– Un detalle entre gracioso y dramático. Gracioso, bueno, para contarlo, pero vivirlo es muy duro. A mí me llevaban, prácticamente, todos los días me sacaban de la cárcel, de la celda de castigo de “El Buque” y me llevaban a la Dirección de Policía, cuyo jefe en ese entonces era Miedi Therán…me sentaban allí, pasaban horas y horas y después me volvían a llevar a la celda de castigo. Me tenían en esta danza de ir y venir. Así estuve una semana o dos, yendo y viniendo, y no pasaba nada, y cada día yo apestaba más, cada día yo estaba más cargado de mugre, pues allí no había baño, no había nada, era un desastre, un auténtico; entonces sale Miedi Therán y me dice “y usted don Paco qué hace aquí, quién lo ha traído, a qué ha venido usted”, y yo le dije ¡no he venido sino me han traído!, que es distinto. Luego de una conversación me pidió disculpas, llamó a los policías, los gritoneó a su antojo; yo pensé que me había librado de la celda de castigo, pero los policías gritoneados me llevaron nuevamente a la misma celda de castigo.
– Hace tres años que “Oiga” dejó de circular, ¿cuáles fueron los motivos que lo obligaron a cerrar?
– Sencillamente, el sistema económico que hay para las publicaciones. El impuesto del 18% para las ventas (IGV). Entonces yo estaba acostumbrado a no depender de la publicidad. Yo he hecho periodismo toda mi vida, poniendo al margen los ingresos de publicidad, o sea, yo vivía exclusivamente de los lectores. Todo estaba armado para que en caso de cualquier calamidad, la revista pudiera subsistir sólo con la venta. Pero ocurre que eso es imposible con el 18% del IGV, es imposible de toda imposibilidad, además, con el impuesto que hay del 15% por el papel, etc. Uno paga el impuesto del papel y eso se descarta en un tiempo larguísimo, pero no lo paga de inmediato y el 18% sí tiene que pagarlo en forma instantánea. Eso es imposible, no hay manera de descargar los costos al público. Uno podía subir un poquito el precio y con eso se defendía; también y reemplazar el avisaje, ahora no hay manera, es imposible, no hay forma. En esa forma me cerraron.
– Usted dice que el sistema económico ahogó a “Oiga”.
– Demarcó un sabotaje publicitario, pero yo le digo que el sabotaje publicitario antes se podía superar, no es la primera vez que ha habido sabotaje publicitario, pero se podía sobrepasar, se podía saltar a la garrocha con la venta al público, levantando un poquito el precio.
– ¿Opina que el gobierno ejerce “presión” a los medios de comunicación?
– Es una de las maneras. No solamente este gobierno, sino muchos gobiernos han hecho esto a través de la presión publicitaria para imponer ciertas “ideas”, ciertos “cuidados”, cierta autocensura, pero ahora eso lo hacen ya no en forma descarada sino mucho más eficaz, más maliciosa, porque este gobierno es muy eficaz en algunos aspectos, sobre todo en el de persecución y de coacción.
– ¿Ya no los medios son plurales?
– No, ya no. La televisión, aparte de uno o dos programas, de uno, quién sabe, de un solo programa. Todos los demás están doblegados a la voluntad del gobierno.
– ¿Se refiere al programa del señor César Hildebrandt?
– Sí, Hildebrandt. Prácticamente está sólo.
– ¿Y qué pueden hace ante ese problema los empresarios, directivos?
– El problema está en eso. Es muy complejo el tema porque los empresarios, en el caso de la televisión, son señores que tienen otro tipo de negocios, sus relaciones con el Estado no son de prensa a Estado, sino de negocios de distinto orden con el Estado, entonces tienen muchos puntos débiles en los cuales el Estado puede ajustar cuerdas.
– ¿Entonces los ciudadanos reciben información dirigida y engañosa y a gobierno no le interesa?
– Cómo todos se engañan y el que se opone está solo y muchas veces exagera por la soledad, se ve obligado a exagerar las críticas, entonces se le hace menos caso.
– ¿Cree que Hildebrandt ha exagerado con sus críticas a la firma de Paz entre el Perú y Ecuador?
– Es posible, ha exagerado, pero eso está explicado cuando uno se encuentra en solitario. Un solitario, un acosado por todas partes reacciona con violencia, reacciona exagerando la nota…
– Si “Oiga” estuviese en circulación, ¿cuál había sido su posición?
-A mí me hubiese ocurrido exactamente lo mismo.
– ¿Y sobre el Acuerdo de Paz?
– Es un tema diferente. Yo en el asunto de la paz, estoy por la paz. En cualquier cuestión de paz yo estoy por la paz.
– ¿Y sobre el Tratado de Libre Navegación?
– Bueno, no le he visto con detalle, no me he ocupado en detalle del asunto.
– Pero el desacuerdo de Hildebrandt no es sólo por el acceso que se le dará al Ecuador sobre el río Amazonas, sino también al Marañón y la presencia de supuestos enclaves en nuestro territorio.
– Bueno, eso ya son los detalles de ese tratado, que es bastante complejo. De tal manera que sobre eso no tengo una opinión, no quiero adelantar opinión si no tengo una información detallada. Yo, fundamentalmente, soy partidario de la paz entre los pueblos americanos.
– ¿Las negociaciones…
– Fueron muy mal llevadas, exactamente muy mal llevadas, hechas con atropellos a altos funcionarios, sin información de ninguna clase al público, sin entregar antes a los peruanos de Loreto las facilidades que se les darán a los ecuatorianos. O sea, la gente de la selva se entera que los ecuatorianos tendrán una serie de facilidades que ellos estuvieron reclamando en forma enérgica desde hace años y se les han negado en forma sistemática; resulta que hoy día se dan con la sorpresa que lo que a ellos les negaban se les otorga a los ecuatorianos. Eso los ha exasperado y ahora solamente les ofrecen que les arreglarán el problema de la Amazonía. No es la manera de haber manejado ese asunto, se ha manejado con absoluta torpeza.
– ¿Pero es un éxito diplomático?
– Es un éxito el asunto de la firma de la paz, es exitosa, sin la menor duda, pero se ha llegado pisando cadáveres. No tenía ninguna necesidad de hacer eso, lo mismo ha ocurrido con el ministro de Relaciones Exteriores (Eduardo Ferrero Costa), el viceministro (Alfonso de los Heros), gente, pues, que se ha visto atropellada, por eso renunciaron; ahora, lograda la paz, ya se han calmado. Pero ellos han sido atropellados, no les han querido informar sobre lo que se estaba haciendo y eso es el colmo, que el ministro de RR.EE. no esté informado de lo que trataba el presidente de la República con el presidente del Ecuador.
– ¿Usted cree que el haber tomado Fujimori personalmente las riendas de las negociaciones con el Ecuador es parte de una campaña reeleccionista para el 2000?
– Yo no sé si eso ha sido exactamente mirando al 2000, pero una de las miras de este gobierno es el 2000 y no es asunto solamente de Fujimori, sino de todo el aparato del gobierno, que quiere prolongarse, sobre todo quiere prolongarse porque le van a pedir cuentas y sus posibilidades de obtener una mayoría parlamentaria son nulas. Ellos ya están probando, si no es la figura de Fujimori la que esté adelante no lograrán una mayoría sino a base de una gran trampa, un gran fraude.
– ¿Está convencido de que en las próximas elecciones generales habrá fraude electrónico, quizá?
– Habrá, no sé si en el electrónico, pero eso ha quedado comprobado en estas elecciones municipales y lo ha declarado el alcalde de Lima. El alcalde ha declarado con toda tranquilidad algo que ellos han comprobado, que sí hubo fraude. En eso caso fue un fraude que no pudo doblegar la cantidad de votos que ha procurado la oposición en general, pero sí han hecho fraude.
– Armando Villanueva del Campo propone el uso de la fuerza para regresar al estado a una auténtica democracia, ¿opina igual?
– Yo no creo que sea a través de una medida de fuerza, pero sí mediante un “vacío” que se le haga al gobierno, sería una manera civilizada o civil de ejercer la fuerza, o sea, si se retiraran del gobierno o de las actividades de los diferentes institutos estatales todos los hombres que están en contra del sistema dictatorial que está rigiendo en el Perú. Yo creo que el gobierno no resistiría ni podría ir a una reelección, o sea, si todos los parlamentarios de la oposición se retiran, si el Fiscal de la Nación, el Defensor del Pueblo, toda la gente que está demostrando respeto por la institucionalidad peruana dejan en el “aire” al gobierno, yo creo que este gobierno no podrá reelegirse…
– ¿Propone una renuncia política masiva?
– Una renuncia masiva de todo individuo que tenga un poco de conciencia cívica y deje en el “aire” al gobierno, esa es la única manera, es una especie de “huelga blanca” de la civilidad contra un gobierno abusivo.
– ¿Cómo califica al gobierno de Fujimori?
– Ya lo dije, un gobierno abusivo.
– ¿Y al Congreso?
– Es un parche, que sirve para muchas cosas, para hacer creer aquí que hay democracia porque hay un parlamento, pero este parlamento no sirve para nada, sirve para que dos o tres salgan y griten, y salgan fotografiados en los periódicos, pero no hacen más.
– ¿Por qué cree que el gobierno no intenta siquiera hallar una solución a los grandes problemas de educación, desarrollo y trabajo?
– El problema del trabajo no lo puede solucionar porque está amarrado a un sistema económico impuesto desde afuera, porque aquí no han hecho absolutamente nada, aquí no han tenido ninguna idea de lo que hay que hacer en economía. El gobierno ha hecho sino cumplir con las instrucciones del Fondo Monetario Internacional, y ese sistema planteado por el FMI, que es una regla general y que en términos generales puede ser buena, no lo es para países tan heterogéneos como el Perú y no lo es para muchos otros países. Lo que está demostrado en este exagerado libre comercio y lo único que está creando son unos pocos ricos y muchos pobres; esos pobres están cada vez más pobres y en el Perú esto está llegando ya a términos inaceptables, porque los salarios no han crecido desde hace diez años, los salarios son los mismos, y dicen que no hay inflación, pero sí los precios suben y la gente cada día tiene más dificultades para vivir. Lógicamente, la gente está descontenta y este gobierno no tiene cómo resolver el problema del trabajo porque el sistema económico que ha tomado no conducirá a crear puestos de trabajo.
– ¿Visualiza a Alberto Andrade como el competidor electoral de Fujimori?
– Sí, claro.
– ¿Tiene cualidades?
– Tiene cualidades. Lo ha demostrado en el municipio, donde ha tenido un desempeño brillante que a cualquiera se le hubiera hecho dificilísimo. Eso de eliminar a los ambulantes del Cercado, pero dándoles lugar y trabajo en otro sitio, es una obra de titanes, porque mandar a la policía y retirar a los ambulantes a palazos eso sí es posible, pero no dura mucho, porque ellos vuelven al centro. La solución que les ha dado, de encontrarles puestos de trabajo fuera del centro es verdaderamente una obra de titanes y eso demuestra capacidad de dirección, capacidad de administración.
– Sin embargo, algunos políticos le restan cualidades, dicen que no es carismático…
– No es carismático, pero para ser político no se necesita ser carismático. Hay políticos de primera línea que no han sido carismáticos, entre ellos Fujimori, que no deja de ser un gran político y de carismático tiene poco.
– Alan si lo fue…
– Allí tiene el caso contrario. Es un señor que solamente es carismático, entonces es peligrosísimo, porque a veces el carismático puede engañar a la gente con facilidad.
– Para algunos no está descartado totalmente, al menos políticamente, que Alan pueda volver…
– Puede volver a candidatear y si las cosas van como están tiene grandes posibilidades de ser reelecto.
– Pero con un Poder Judicial criticado y sin juicio imparcial, ¿aún lo cree posible?
– No es problema de juzgado cuando hay un levantamiento popular masivo, no hay Poder Judicial ni poder electoral que lo detenga. Si hay una avalancha popular no hay manera de detenerlo y un hombre carismático como Alan García, desgraciadamente, puede volver a reelegirse, frente a la situación de hambre que hay en el país, el descontento.
– ¿Y qué opinión le merece el papel de la oposición?
– Es francamente penosa. Están esos señores exclusivamente para mostrar la cara, hacerse publicidad y decir cosas que no tienen ningún valor, ningún peso, porque nadie les hace caso.
– ¿No piensa que algo rescatable fue el voto por el sí que algunos parlamentarios de oposición, como Lourdes Flores Nano, dieron al gobierno para solucionar el problema fronterizo con el Ecuador?
– El problema con el Ecuador era un problema de conciencia. Evidentemente, las personas que ya están hartas de estos “juegos de guerra” – porque no son sino eso-, que desgraciadamente tienen muerte de por medio; esos señores están por la paz. En esa parte no les objeto absolutamente nada.
– Últimamente se está dedicando a escribir. ¿Está tratando de dar a conocer a través de la literatura detalles o aspectos de la historia que no se conocían?
– No solamente eso, sino a hacer un poco de literatura. Cuando yo comencé a hacer periodismo, yo no hice periodismo editorial. Cuando yo fui un muchacho como usted yo me dediqué mucho a hacer entrevistas y crónicas de calle, entonces, allí lo que uno hace es relato, o sea, narración y uno tiene que aproximarse a la literatura. Eso lo tenía a uno en permanente preocupación. Entonces, yo quiero reconstruir mis recuerdos haciendo un poco de literatura y eso es lo que he comenzado a hacer y publico un libro de ampliación de notas. Ahora, no sé, tendría que entrar al tema de la ficción; si no me resulta, no publico nada.
– Su reciente libro, “Huellas de un destino”, es una recopilación de testimonios y hechos de los años ´60 y ´80 que nunca antes se conocieron, ¿cuál de ellos considera más importante?
– La parte importante de allí es algo que mucha gente no supo. El Perú estuvo corriendo un gravísimo riesgo de transformarse en una especie de sucursal de La Habana, a través de un grupo de militares que tuvieron una importancia enorme en el gobierno militar. Fue un proceso que se fue haciendo lentamente, no nació de la noche a la mañana, pero junto con la preponderancia que tuvo este grupo surgió otro que se resistía a transformar al Perú en una agencia de La Habana, por la situación internacional que se le crearía. Si el Perú se transformaba en un “satélite” cubano tendría una reacción muy fuerte de los Estados Unidos y otra peor y, quién sabe, más directa, de Chile. Pinochet de ninguna manera permitiría que en el Perú se estableciera un gobierno comunista, de tal manera que íbamos a tener una guerra casi sobre seguro, una guerra que además la perderíamos porque los Estados Unidos apoyarían, evidentemente, a Chile, o sea la situación era catastrófica para el Perú si es que hacía este juego.
– Perú se hubiera convertido en una China Popular…
– No, ni siquiera tendría ese lujo de permitírsele un tiempo como a China Popular, porque le iba a caer los Estados Unidos y Chile por los dos lados, destruirían el país, lo iban a hacer puré. Entonces hubo un grupo de militares que se oponían a eso…
– ¿Quiénes de ellos, principalmente?
– El primero que se opuso a ese asunto fue el general Edgardo Mercado Jarrín, pero no tuvo éxito. El otro que jugó una partida al revés, un ajedrez muy florentino fue Francisco Morales Bermúdez, que se hizo partidario de los cubanos, se hizo cabecilla de los cubanos, dio el golpe contra Velasco y luego se deshizo de ellos, pero para lograr eso tuvo la participación de una persona importantísima: el general Bobbio. Si él no se levantaba en Chorrillos, el general Fernández Maldonado reemplazaba dentro de muy poco tiempo a Morales Bermúdez y allí se transformaba éste en un “satélite” de Moscú.
– ¿Y es cierto que hubo un intento de derrocar a Morales Bermúdez?
– ¡Lo iban a asesinar!. En un momento dado se planteó un asesinato y eso lo reveló Villacrés (capitán). O sea, había un grupito de esos militares que más se plegaron después a las guerrillas, estuvieron en las guerrillas de Nicaragua.
– ¿El poder de esa cúpula militar de entonces es comparable con el que actualmente dirige a las Fuerzas Armadas?
– El movimiento militar peruano es un movimiento redentista. Ese movimiento militar, que fue el inicial y que casi se transforma en un movimiento comunista y procubano, quiso resolver los problemas del Perú. En esos momentos ellos creyeron que los problemas del Perú se resolverían por la vía socialista e hicieron una política total y plenamente socialista, al punto que casi nos lleva a transformarnos en agentes de Cuba. Ahora ha ocurrido lo mismo, es el mismo instituto y los mismos militares…